La portada de Bloomberg Businessweek es perfecta para un día como hoy en España. Dan ganas de seguir las instrucciones, colocar la revista sobre una superficie dura y golpearse la cabeza con ella una y otra vez. Bankia necesitará en total 23.500 millones de euros. Como explican en El País, eso supone dos veces los recortes aplicados a sanidad y educación, la mitad de los recortes y subidas de impuestos de 2012, o cuatro años de todo lo que se gasta en investigación.
Todos tenemos que aportar dinero para limpiar el pozo negro de Bankia en el que se depositó todo el detritus de la burbuja inmobiliaria, de una década de política económica fundada en la especulación, de la corrupción de la clase política madrileña y valenciana, de la colocación de altos cargos del PP para ocupar sin experiencia conocida en el sector financiero los puestos de responsabilidad de Caja Madrid y Bancaja (los amigos de Aznar, Aguirre, Gallardón, Zaplana y Camps).
Es la culminación de un sistema esencialmente podrido en el que los políticos mienten, ocultan la realidad o, como ha hecho la vicepresidenta del Gobierno esta tarde en la rueda de prensa, miran para otro lado como si la cosa no fuera con ellos. De Guindos dijo que la posible aportación de fondos públicos nunca superaría lo que se gastó el Gobierno anterior. Falso. ¿Cuándo lo dijo? Hace sólo dos semanas. ¿Qué puede alegar el ministro de Economía? ¿Mentira o ignorancia?
Ya sabemos que Rajoy dijo en el debate de la campaña electoral que no destinaría un solo euro a los bancos. Deberíamos habernos fijado en el tic en el ojo cuando lo dijo.
¿Cómo se van a exigir las responsabilidades penales o políticas de esta inmensa estafa? ¿Qué va a hacer el Gobierno además de enchufar todo ese dinero que supuestamente no tenemos? Aparentemente, nada. De Guindos dijo que no se consideraba un “ángel vengador o justiciero”. A fin de cuentas, es sólo dinero público.
“Ya está bien de socializar pérdidas y privatizar beneficios”, dice el economista liberalLuis Garicano. ¿Riesgo moral? Esa es la base del sistema, o al menos parece serlo en nuestro país.
Es mejor ahorrarse los golpes en la cabeza. Diría que es más práctico dirigirlos hacia otro objetivo.
En febrero de este año, Bankia declaró unos beneficios de 309 millones de euros en 2011. La revisión de las cuentas hecha por la nueva dirección ofrece unas pérdidas de 2.979 millones.
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