Ignacio Escolar
Es el mayor recorte de gasto público de la historia de España: 65.000 millones en dos años y medio. La cifra es tan apabullante que solo admite una comparación posible, una equivalencia de dolorosa simetría: es casi idéntica a la factura del rescate a la banca (60.000 millones es el último cálculo). Hace apenas un mes, antes de irse a la Eurocopa, Mariano Rajoy nos contó que «esa línea de crédito» solo tendría condiciones para los bancos y no para los ciudadanos. Fue otra mentira más. Otra de tantas.
España está intervenida y ayer en el Congreso la troika se hizo carne. Y vísceras. Y sangre. Nada se salva de la tijera, tampoco la imagen de Rajoy, que sale del Parlamento cruzado de costurones. No hay crítica más letal contra el Gobierno que las que fueron sus propias palabras hace no tanto. Subir el IVA es «un disparate en tiempos de crisis», «afecta fundamentalmente a pensionistas y parados», es «la puntilla para nuestro comercio, nuestro turismo y nuestra industria». Bajar el sueldo a los funcionarios es «recortar los derechos de los más débiles». «Yo no soy como usted, que le subió el IVA a la gente y no lo llevaba en su programa», le dijo Rajoy aRubalcaba en el debate electoral, en noviembre. «Yo lo que no llevo en mi programa no lo hago».
El presidente esbozó ayer dos excusas para justificar esta flagrante estafa democrática. La primera: no podemos rechazar estos sacrificios porque «no tenemos esa libertad». La segunda: «Las circunstancias han cambiado». Tiene parte de razón en ambas. España ha perdido la poca soberanía y libertad que aún mantenía porque las circunstancias han cambiado: a peor desde que Rajoy gobierna. La herencia económica que el PP recibió deZapatero (y de las autonomías) fue la más nefasta de la democracia, pero la gestión de la derecha ha agravado el problema. El PP estaba convencido de que la mera aparición mariana en la Moncloa serviría para «recuperar la confianza» y ese dogma de fe ha resultado falso; nada peor que creerte tu propia propaganda. El mejor resumen de la gestión de Rajoy está en la prima de riesgo y en su evolución frente a Italia e Irlanda. En noviembre del 2011, España pagaba menos por su deuda que ambos países. Hoy Italia paga casi un punto porcentual menos (e Irlanda casi medio punto menos) en el bono a 10 años. En esta Eurocopa, los italianos nos ganan por goleada.
Frente al discurso de Rajoy, y sus excusas, Alfredo Pérez Rubalcaba explicó bien los muchos errores cometidos por el Gobierno en estos meses, pero le faltó una respuesta más contundente ante los recortes recién anunciados. El líder del PSOE, encorsetado en esa «oposición responsable» y pactista que gran parte de sus votantes no entienden, quiso hacer el debate del estado de la nación nunca convocado. Rubalcaba perdió así otra oportunidad de canalizar el descontento de una sociedad cada día más alejada del Parlamento. Si el recorte que anunció Zapatero en mayo del 2010 fue una de las razones que provocó el 15-M, las consecuencias de este 11 de julio del 2012 también se verán en la calle.
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