divendres, 27 de juliol del 2012

La guillotina del amor

Arturo González

Estoy fortísimamente conmocionado y avergonzado: Cada día son desahuciadas y expulsadas de su vivienda 510 familias, como bien informa hoy mismo este periódico recogiendo cifras oficiales. Cada día, es decir, todos los días.

¿Cómo es posible que permanezcamos indiferentes o refugiados en la abstracta pena ante este crimen de Estado? ¿Cómo es posible que no desahuciemos de inmediato a una clase política y un Gobierno que lo permiten sin mover un dedo del poder que les hemos otorgado? ¿Cómo no ha estallado la revolución antes, ni después, de que esta noticia aparezca? ¿Cómo es posible que lo soportemos, cómo es posible que seamos tan viles? ¿Cómo es posible que permitamos que los bancos y banqueros sumidos en el desagüe del desgobierno y la malversación que nos ha llevado a la ruina consumen diariamente esta indecencia moral y comercial? ¿Qué es de esas familias al día siguiente y siguiente y siguientes de esa pena de muerte y sufrimiento a la que les hemos condenado sin nunca más saber de ellos? Yo abjuro de la España que tolera esto. Abjuro de sus políticos, a riesgo de ser catalogado de fascista por los pulcros y sabios popes comentaristas. Yo no juego a esta guillotina del amor. Yo no quiero caridad para ellos, los desahuciados. No quiero penas, no quiero absentismos políticos. Quiero que desahucien a todo el Gobierno y a su presidente y al rey de España de sus viviendas y pernocten desde hoy en la puta calle o en los albergues municipales si encuentran sitio. Quiero que se cumpla la Constitución, y, si no, me declaro antidemócrata. Quiero que al Presidente del Gobierno se le caiga la cara de vergüenza cada vez que la asome. Quiero que duerma en la calle entre cartones. Quiero que la vivienda sea el primer objetivo nacional, quiero que sea el primer rescate. Quiero que se pare esta barbarie, quiero que no echen ni a un español más de su casa. Quiero que quien quiera gobernar lo asuma como su primer empeño, hipotecando en ello su propia vivienda sin dación alguna. Quiero que los diputados, todos los diputados, de España cambien hoy mismo cuantas leyes hipotecarias o no sean preciso. Quiero que tengan decencia y no miren para otros asuntos. Quiero que se aplaudan entre ellos y en pie cuando las cambien. En la tribuna de invitados estaremos todos los españoles aplaudiéndoles también. ¿Es posible que unos banqueros con sus letras pequeñas y sus argucias y avaricias puedan más que todos nosotros? ¿Es posible que al Gobierno aún le parezcan poco los ibis y tasas con que nos acorralan para encima desahuciarles? ¿Es posible que esto ocurra en un país con cinco millones y medio de viviendas vacías? ¿Pero qué mierda de país es éste?

1 comentari:

  1. Estas reflexiones de Arturo Gonzalez no tienen precio,estoy totalmente de acuerdo con ellas y yo tambien soy de los que no dan credito, no me creo que no esten las calles llenas de gente reclamando que otro mundo es posible, que hay alternativas a este sistema injusto y doloroso pero para los de siempre,para los de abajo, para los debiles, para todos aquellos que tienen escasa formacion y estudios, es decir para una amplia parte del pueblo, que sus padres no pudieron costearselo, que tuvieron que ponerse
    a trabajar muy temprano para ayudar a la economia familiar, y no me estoy refiriendo a los años 40,ó 50,que en los 60 y 70 tambien pasaba lo se de buena tinta, yo apuntaria mas alto incluso, aparte de ANTIDEMOCRATA me voy ha erigir en EXTRATERRESTE para no tener nada en comun con el resto de terricolas que miran para otro lado o que hacen como los niños que se tapan los ojos y asi las miserias dejan de existir.
    Como siempre nos das mucho mas de lo que pagamos,GRACIAS Macius.
    Saludo y Suerte.

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