dimarts, 12 de juny del 2012

Las siete grandes mentiras sobre el rescate español



Luis de Guindos: “Es un apoyo financiero que no tiene nada que ver con un rescate”. “No hay ni el más mínimo rescate al respecto”.

Falso. El dinero sale de los fondos europeos de rescate y se presta al Estado, no directamente a los bancos, como pretendía España. Aunque las condiciones sean algo diferentes al de los demás países rescatados, la realidad es que España se ha convertido en el cuarto país de Europa en recurrir a estas ayudas, tras Grecia, Irlanda y Portugal. Así lo ve toda Europa y la prensa internacional.

Mariano Rajoy: “Lo que hay es una línea de crédito”.

Falso. No son los bancos quienes piden el dinero prestado a Europa, se comprometen a devolverlo y pagan los intereses. Es España, a través de una entidad pública: el FROB. La mayoría de los bancos no recibirán préstamos desde el FROB –no los podrían devolver–, sino inyecciones de capital.

Mariano Rajoy: “No afecta al déficit público”.

Falso. Todo el dinero que pida prestado al FROB irá a la deuda pública y sus intereses, al déficit. Si se alcanzan los 100.000 millones y el tipo de interés, como se dice, es del 3%, supondrá 3.000 millones de euros más en el déficit anual: por comparar, es dos veces lo que ahorró Zapatero congelando las pensiones en 2010.

Mariano Rajoy: “El que ha presionado he sido yo. A mí nadie me ha presionado”.

Falso. Europa –especialmente Alemania y los países del norte– ha presionado a España para que acepte esta opción. Dentro del desastre, el procedimiento de rescate no es especialmente malo: había opciones mucho peores. Pero tampoco es el modelo soñado por el Gobierno español, que habría preferido una intervención del BCE o un rescate directo a los bancos sin que el Estado tuviese que avalar la operación.

Luis De Guindos: “Ayudará a las familias y a las empresas”. “Servirá para que vuelva a fluir el crédito, para que crezca la economía y se cree empleo”.

Falso. El dinero público inyectado a los bancos irá a provisiones de pérdidas, no al crédito. De hecho, a corto plazo lo más probable es que el crédito se restrinja aún más porque todas las entidades financieras –las buenas, las malas y las regulares– tendrán que aumentar aún más sus provisiones, por lo que no podrán prestar.

Cristóbal Montoro: “No van a venir los hombres de negro”.

Falso. La temida troika –el FMI, el BCE y la Comisión Europea– también va a aterrizar en España. Serán ellos quienes decidan la reestructuración del sector financiero y también quienes vigilen “de cerca y regulamente” el cumplimento de los compromisos españoles contra el déficit.


Luis de Guindos: “Las condiciones se les van a imponer a los bancos”.

Falso. España va a tener que firmar un ‘memorandum of understanding’: un tratado, como el de Grecia, Irlanda y Portugal. Y en el propio comunicado del Eurogrupo queda claro que la ayuda al sector financiero está condicionada al cumplimiento de los compromisos anteriores de España en la lucha contra el déficit. No hay condiciones explícitas, pero sí las hay implícitas. En breve veremos nuevos recortes y subidas de impuestos, por mucho que el Gobierno hoy los niegue con la misma contundencia con la que antes negó el rescate.

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