España se adentra por primera vez en su historia en una doble recesión. ¿Por qué? Porque la política económica no ha sido la adecuada y por la profundidad de la primera recesión, en 2009.
No existen antecedentes de doble recesión en España, pero ya es un hecho. España registró un crecimiento negativo en el último trimestre del año y se prevé que siga haciéndolo durante varios más. Así lo asegura el consenso de las predicciones macroeconómicas. ¿A qué se debe este hito en la historia económica de España?
Según el profesor de la Universidad de Pennsylvania e investigador de Fedea, Jesús Fernández-Villaverde, "la combinación de la profundidad de la crisis inicial, el no haber reestructurado lo suficiente el sistema financiero y una consolidación fiscal impuesta por haber agotado los márgenes de actuación de España en los mercados financieros nos han llevado a la difícil situación actual".
En primer lugar, España entró en recesión en 2008 como consecuencia de una crisis financiera causada por el estallido de la burbuja inmobiliaria. España, según el economista de la Universidad de Pennsylvania, afronta esta situación "con un altísimo porcentaje de inversión y un grandísimo agujero comercial, por lo que se enfrentaba a un largo y doloroso proceso de ajuste. "Los desequilibrios de la economía española eran tan serios que no se iban a curar ni en 1 ni en 2 años", asegura.
La segunda razón, sostiene Fernández-Villaverde, es que "la salida de las crisis bancarias se facilita si las instituciones se reestructuran a fondo, lo que sanea los balances y facilita el flujo de nuevo crédito". El problema de España, en su opinión, es que "las cajas de ahorros, por problemas directamente vinculados con sus estructuras de gobernanza, decidieron no aceptar la realidad. En vez de sanear su situación, se dedicaron por muchos meses a la acrobacia contable y a las fusiones que sólo generaron entidades más sistémicas pero igual de mal gestionadas y con tan poco futuro como las anteriores".
El tercero de los motivos que ha conducido a España a la recaída en la recesión es que "el tirón de la demanda agregada que efectuó la política fiscal no era sostenible". "Aunque España había entrado en la crisis con una deuda pública reducida y una situación presupuestaria aceptable, la rápida caída de los ingresos y la fuerte subida del gasto nos llevó a déficits por encima del 11% del PIB. Estos déficits y la ausencia de un proceso de reestructuración financiera causaron una fuerte inquietud entre los inversores, especialmente en una situación de alta aversión al riesgo y profunda incertidumbre", asegura el miembro de Fedea.
Y aquí se produjo otro error, a juicio de Jesús Fernández-Villaverde. "2009 fue mucho mejor de lo que hubiera sido porque pedimos prestado masivamente. En otras palabras, en 2009 nos comimos parte de nuestra renta futura. Esto, sencillamente, no podía continuar y ahora tenemos que pagar por ello". "La situación es más compleja de lo que debería ser como consecuencia de los errores en el diseño de la eurozona, pero esto no nos debe servir de excusa para olvidar nuestros propios errores de cálculo", añade.
¿El resultado? España se enfrenta a dos grandes "vientos de cara". El primero, que el desapalancamiento privado apenas ha comenzado. El segundo, la consolidación fiscal pendiente. Y van a pesar sobre la demanda agregada al menos hasta 2015 y 2016.
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