diumenge, 11 de desembre del 2011

Lo que está pasando con la UE, en palabras simples

Por Sirventes el 9 de diciembre de 2011

La Unión Europea, la casa de todos los europeos, está pasando unos momentos algo complicados. La ironía es que la solución es a la vez la razón del problema, y se podría haber solucionado hace por lo menos 10 años.

Supongamos que quieres construir una casa nueva y contratas a un arquitecto que te hace unos planos con paredes, techo y todas esas cosas que necesitas en una casa. A la hora de construirla decides que por el momento puedes pasar sin el techo, así que te mudas con tu familia y unos cuantos socios a la nueva casa. El tiempo pasa y nadie echa de menos el techo hasta que un día estalla una terrible tormenta que amenaza con mojar todo lo que hay en la casa y hacerla inservible. Después de esperar a ver si la tormenta amaina los habitantes decidís que ha llegado el momento de poner el techo, tal como estaba en los planes iniciales, pero los que viven en una de las habitaciones se niegan y dicen que si llueve van a utilizar paraguas, que en paraguas tienen larga experiencia. Así que los demás acaban poniendo plásticos por todas partes y cruzando los dedos para que no empiece a soplar el viento.
Esto es básicamente lo que sucedió ayer en la gran reunión para salvar la Unión Europea.
El Tratado de Maastricht, escrito en 1992 en medio de una tremenda crisis monetaria en Europa y que entró en vigor en 1993 creaba el Euro, la moneda única europea. También definía los requisitos para entrar en el Euro, que al final se flexibilizaron ligeramente para que todos los países que formaban la UE pudieran entrar.
El nacimiento del Euro generó una gran polémica. Sus detractores decían que una moneda única significaba una política monetaria única. Eso sólo podía suceder en “Areas Económicas Óptimas”, es decir, entre países cuya economía fuera extremadamente similares. Cuando en Europa unos países estuvieran en crisis y otros no (crisis asimétrica) el Banco Central acabaría haciendo políticas que perjudicarían a unos u otros. Por eso los arquitectos del Euro diseñaron un sistema de protección que redistribuiría recursos cuando la política monetaria única estuviera perjudicando: la Política Fiscal Europea.
A los gobiernos eso de ceder competencias fiscales no les gustaba, y Alemania era uno de ellos, así que se implementó en Euro .El 1 de Enero de 2002 el Euro se convirtió en moneda de uso y nunca más nadie habló de la política fiscal. Hasta ahora.
Me imagino a Angela Merkel sentada, con las manos en la cabeza pensando cómo nos hemos metido en semejante barrizal. Merkel le dice a uno de sus ayudantes que la implementación del Euro no está terminada, pero que por la unión fiscal ella no pasa. Dice que lleva tantos años dándole dinero a esos países que ahora amenazan con arrastrarlos y que ni siquiera puede obligarlos a cumplir con simples medidas. Entonces de repente tiene una idea. Si tuvieramos una unión fiscal seguiríamos dándoles dinero igual pero por lo menos podríamos exigirles cumplir con las reglas. Así que llama a Sarkozy y le dice “Sarko, he cambiado de opinión, vamos a por la Política Fiscal”.
Con una política fiscal única Bruselas distribuirá ayuda y podrá exigir que aquellos que la reciben cumplan con una serie de requisitos. Además podrá emitir bonos europeos con los que se financiará la deuda de países como España e Italia. Eso y el mensaje que el Euro no se rompe eliminarán las esperanzas que los Mercados tienen de que el Euro quiebre, y que es la razón por la que siguen presionando la prima de riesgo. Además, los requisitos van a ser menos duros que los que los países casi cumplieron al entrar en el Euro, así que nadie se puede quejar que esto nunca se aprobó.
El último escollo son los británicos. Resulta que Cameron se ha plantado y ha dicho que el acuerdo no beneficia a UK, así que no firma. Parece que Cameron no está mucho por la labor de jugar en equipo. Lo que a él le preocupa es que hoy por hoy UK vive fundamentalmente de las finanzas, y Sarkozy ya ha dicho que se le van a poner controles al sector financiero. Si eso sucede Londres podría perder negocio y eso sería catastrófico. Aunque quizás no tan catastrófico como quedar fuera de todas las decisiones de la Unión Europea, porque todos los otros países han aceptado. Ahora UK vive en la casa, se ha salido con la suya de no poner techo pero a partir de ahora nadie le va a dar ni la mano (como ha hecho ya Sarkozy), y no se puede permitir mudarse. Buen papelón le queda.
El Euro nació como respuesta a una tormenta monetaria, y su implementación se va a producir totalmente como reacción a una tormenta de deuda. Parece que sólo tomamos decisiones a base de golpes. Excepto los británicos, que son alérgicos al cambio.

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